jueves, 14 de abril de 2011

Encuentro.

Siempre como en todos nuestros encuentros, me encontraba escudriñando la habitación sólo con la mirada, el piso era de de tablas lisas, barnizadas de marrón oscuro. En una de las esquinas yacía una cómoda y adornado sobre ella con miles de pomitos con maquillaje a su alrededor,  un espejo como de actriz… ¿actriz? Sí, esa es la palabra que la describía perfectamente y es que su pasado era un guion escrito por velos que cubrían la realidad de su origen ¿Dónde caminaban sus metas? ¿Conocía los límites de lo permitido?  Esa mujer que adoraba como si mi vida dependiera de ello, como si hubiera nacido solo para amarla y satisfacerle cada uno de sus caprichos, ¿pensaba en  mi cuando no estaba a su lado? ¿O me buscaba sólo por diversión? ¿Para hacerse saber  a si misma que había alguien por debajo de ella que ni siquiera chistaba si le pasaba por encima con su egocentrismo?... ¿Pero qué sacabas con pensar tanto Alvarito? si ahí estaba esa diosa que regia tu lamentable vida, una vez mas era la dueña de la situación, se encontraba tendida sobre la ancha cama, la menuda figura lucía un sedoso baby doll color borgoña, sus delicados y blanquecinos hombros estaban medianamente cubiertos por el ondeado cabello. No advertí el momento en que comencé a besarle las rodillas, los muslos, subí por su cintura sin subirle la delgada vestimenta y eso para que ella no se diera cuenta de mi desesperación por verla desnuda, con las yemas de mis dedos repase la forma de sus gentiles senos, de pronto se incorporo a mí y me ayudo a desvestirme. Ya desnudo la llene de besos, besaba cada una de sus lindas pequitas, su obstinada nariz, sus tersos labios y delicadas orejitas. Se dejo amar por mí una vez más sin decir nada. Después del apasionado acto me dio la espalda, hizo el último gesto de descubrirse la oreja y se quedo dormida o por lo menos simulo hacerlo pues sabía que después de hacerle el amor le recitaba poemas o cursilerías al oído, como le gustaba sentirse amada, como me gustaba sentir los pequeños temblores que le provocaba mi respiración cerca de su cuello. Sin darme cuenta… me dormí.

Al despertar ella ya no estaba, ni siquiera me levante de la cama para buscarla, la felicidad se había terminado y como era de costumbre busque su cello, la nota sobre la almohada, la tanteé con mis dedos hasta que di con ella.

                                              

   Yo te buscare
                                                    Adiós.

3 comentarios:

  1. Hola, bello íntimo blog, leales entradas,si te gusta la comunión entre palabras, la poesía, te invito al mio,será un placer,es
    http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
    buen lunes lunero, gracias, besos con salero..

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu visita, me ha dejado bastante alegre y risueña tu comentario.

    Claro que visitare tu blog, muchas gracias por la invitación. Espero tener contacto con tus letras.

    Un beso lleno de locura para ti.

    ResponderEliminar
  3. Hola Epifania,vengo a buscar esos besos de locura, y quedarme en tu casa, un placer...quedo a tu disposición...buena tarde, gracias, besos dulces...

    ResponderEliminar